En la última presentación del informe sobre la democracia de la Fundación Alternativas para el Parlamento Europeo, se destacan las fortalezas y las debilidades de las democracias europeas. El informe apunta a que Grecia, padre de la democracia, es uno de los países con más deterioros en sus pilares democráticos.
Las cuatro buenas noticias, del informe
europeo, serían la calidad de los
procedimientos democráticos, con
elecciones libres y limpias, y procesos legislativos homologados; la buena
convivencia entre grupos sociales, a pesar de los intentos de algunos de
excitar las bajas pasiones xenófobas; la estabilidad de los Gobiernos, y un
buen nivel de protección social en materia de sanidad. Las cuatro malas
noticias serían la pérdida de poder ciudadano frente a los poderes no representativos;
la corrupción. El distanciamiento entre
los partidos políticos y la ciudadanía, y la falta de cooperación entre los
actores públicos.
Esta situación de sumisión del poder político
a las exigencias de los mercados está dañando enormemente la democracia. Cuando los políticos elegidos
democráticamente se desdicen de sus propuestas para plegarse a las exigencias
de los mercados, la democracia queda herida en el punto más sensible: la
legitimidad.
Mientras los
padres de la democracia sufren una grave crisis, los hijos, Latinoamérica se
emergen como el futuro de los ciudadanos.
Los diversos modelos democráticos latinoamericanos, los cuales reflejan
aferrarse a experimentos políticos y sociales, que podrán mejorar el camino ascendente
de la región hacia un verdadero desarrollo sustentable. El crecimiento
económico logrado ha sido el más fuerte durante los años 2003 y 2004,
además de reducir sus índices de pobreza de un 44% a un 40,6%.
En 2006, América Latina tuvo más elecciones presidenciales que en
ningún otro año de su historia democrática, un total de 11 países
latinoamericanos escogieron a sus presidentes.
El auge de los países americanos, frente a la decadencia de la vieja Europa les ha convertido en actores relevantes de
las últimas décadas, demostrando como han tenido que redefinirse en torno a
la reconstrucción de la democracia, el advenimiento de la economía de mercado y
los cambios estratégicos experimentados tras la ruptura de la polaridad.
Carmen
Zamorano
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