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23 ago 2013

Alcohol y la juventud

La frase afirma que "el chileno es bueno para el trago", de eso no hay duda, es casi parte de nuestro folclore. Pero la ingesta excesiva acarrea un sinnúmero de eventos negativos para nuestra sociedad y, por ejemplo, es una de las causas principales de muerte y discapacidad. Otro de los puntos complejos relacionados con el alcohol es su temprana introducción en las costumbres de los jóvenes.
Según el VIII Estudio Nacional de Drogas en Escolares, realizados por el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE), muestra que en Chile los adolescentes comienzan a beber entre los 13 y 14 años. Además, que cuatro de cada diez adolescentes entre 8º básico y 4to medio declaran haber consumido alcohol recientemente, y que 5 de 10 toman alcohol los fines de semana.

 El alcoholismo es una enfermedad y no respeta edad, sexo, estirpe o condición, es la enfermedad más democrática. A menudo, los jóvenes piensan que no pueden ser alcohólicos por su corta edad, porque no ingieren bebidas alcohólicas fuertes o no se habían caído al suelo ni habían sufrido lapsus de memoria o toleraban mucho alcohol sin mayores consecuencias. Sin mediar que este puede provocar efectos físicos, mentales y sociales, que están condicionados a la cantidad de alcohol ingerida y a los hábitos de consumo.

Antes, cifras tales como que el 19% en varones y el 17,4% en mujeres de entre 12 y 18 años son "dependientes" del alcohol; un experto de la Universidad de Chile, el psiquiatra de la Facultad de Medicina, doctor Otto Dorr, propone medidas de prevención. El experto señala que se debería restringir su consumo a los menores de 21 años, habría que limitar los horarios de venta de bebidas alcohólicas en pubs y discotecas, y realizar campañas masivas de prevención.

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