10 dic 2015

Beneficios de la educación según la UNESCO

Si todas las mujeres cursaran la educación primaria, los matrimonios precoces y la mortalidad infantil podría disminuir a una sexta parte y la mortalidad materna a dos tercios.

La educación posee la capacidad incomparable de reducir la pobreza extrema y potenciar objetivos de desarrollo de más amplio espectro, según datos preliminares del Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo que ha dado a conocer la UNESCO con miras a los próximos debates de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre los programas de desarrollo posteriores a 2015. Las principales estadísticas publicadas constituyen una prueba adicional de que la inversión en educación, en particular la destinada a las niñas, mitiga la pobreza extrema al garantizar beneficios considerables en materia de salud y productividad, así como en lo tocante a la participación democrática y la autonomía de las mujeres.

Sin embargo, para poner en marcha esta capacidad transformadora de la educación será preciso ampliar los nuevos objetivos de desarrollo para que aseguren no sólo la igualdad de acceso a la instrucción primaria para todos los niños, sino también una enseñanza secundaria de calidad.

“Las conclusiones dadas a conocer hoy confirman con mayor nitidez que nunca que la educación puede mejorar la vida y la sociedad”, afirmó la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova. “Pero los objetivos internacionales en materia de educación todavía no se han cumplido. Los nuevos datos presentados deberían proporcionarnos un nuevo impulso para completar la tarea que nos hemos propuesto”.

El nuevo análisis realizado por la UNESCO demuestra que:

La educación dota de autonomía a las mujeres. Es más probable que las niñas y las muchachas instruidas conozcan sus derechos y dispongan de la confianza necesaria para exigirlos.
En el África subsahariana y en Asia meridional y occidental, casi tres millones de muchachas se casan antes de cumplir los 15 años, es decir, sin haber alcanzado lo que en la mayoría de los países sería la edad mínima legal para contraer matrimonio. Si todas las jóvenes pudieran completar la enseñanza primaria, el número de matrimonios precoces se reduciría en casi medio millón. Si todas pudieran completar la escuela secundaria, esta cifra se reduciría en dos millones.
En esas regiones, 3,4 millones de jóvenes tienen su primer hijo antes de cumplir los 17 años. Si todas las muchachas completaran la enseñanza primaria, el número de partos precoces disminuiría en 340.000 y si todas completaran los estudios secundarios, habría dos millones menos de esos nacimientos.

La educación fomenta la tolerancia. La instrucción escolar contribuye a que la gente comprenda los principios democráticos, fomenta la tolerancia y la confianza que los sostienen y motiva a las personas a participar en las actividades políticas de la sociedad en que viven. Según una encuesta realizada en 18 países del África subsahariana, las personas en edad de votar que habían cursado estudios primarios se manifestaron 1,5 veces más proclives a apoyar la democracia que quienes no habían recibido instrucción primaria y ese grado de apoyo se duplicó entre los votantes que habían completado la enseñanza secundaria. Las conclusiones indican también que quienes han cursado estudios secundarios suelen ser más tolerantes hacia las personas que profesan otra religión o hablan un idioma distinto.

La igualdad en materia de educación mejora las posibilidades de obtener empleo y propicia el crecimiento económico. Si todos los niños, cualesquiera sean su extracción social y sus circunstancias, dispusieran del mismo acceso a la enseñanza, el aumento de productividad resultante potenciaría el crecimiento económico. En un plazo de 40 años, un país que ofreciera igualdad de oportunidades educativas vería aumentar su ingreso per cápita en un 23%.

La educación forma parte de la solución de los problemas medioambientales. Es más probable que una persona instruida use el agua y la energía de manera eficiente y recicle los desechos domésticos. En 29 países de desarrollo alto o medio, el 25% de la población que no había completado los estudios secundarios manifestó inquietud por la situación del medio ambiente, en comparación con el 37% de quienes había terminado la enseñanza secundaria y el 46% de los que habían recibido educación superior. Esta preocupación se traduce en medidas positivas para el medio ambiente: en Alemania, el 46% de las personas que habían recibido educación superior firmó una petición o participó en una manifestación en conexión con el medio ambiente durante los cinco últimos años, en comparación con el 12% de quienes no habían completado la enseñanza secundaria.

La educación preserva la vida de las madres. En algunos países muchas mujeres fallecen como consecuencia de las complicaciones sobrevenidas durante el embarazo o el parto. La educación puede evitar estas muertes, al ayudar a que las mujeres reconozcan los síntomas de peligro y busquen asistencia médica, y al asegurar que cuentan con personal médico competente durante el parto. Si todas las mujeres hubieran cursado al menos la enseñanza primaria, la mortalidad materna se reduciría en dos tercios, con lo que cada año 189.000 mujeres salvarían la vida.

Algunas enfermedades infantiles pueden prevenirse, pero para lograrlo es indispensable que las madres reciban alguna instrucción. Hay soluciones sencillas, como el uso de mosquiteros contra el paludismo y el consumo de agua potable, que pueden evitar algunas de las peores dolencias infantiles, pero sólo son eficaces si las madres aprenden cómo aplicarlas. La neumonía, que es la causa más frecuente de mortalidad infantil, podría reducirse en un 14% si las mujeres cursaran un año más de estudios. La tercera causa de mortalidad infantil, la diarrea, podría reducirse en un 8% si todas las mujeres completasen la enseñanza primaria o en un 30%, si todas terminaran la educación secundaria.

La educación salva la vida de los niños. La educación contribuye a que las mujeres reconozcan los síntomas iniciales de las enfermedades, busquen ayuda y tomen medidas al respecto. Si todas las mujeres de los países pobres completaran los estudios primarios, la mortalidad infantil se reduciría en una sexta parte, con lo que cada año se salvaría a un millón de niños. Si todas terminaran la enseñanza secundaria, la mortalidad infantil disminuiría al 50% y se salvarían tres millones de vidas.

La educación combate el hambre. El efecto devastador que la desnutrición provoca en los niños se puede prevenir con ayuda de la educación. Si todas las mujeres completaran los estudios secundarios, conocerían qué nutrientes necesitan sus hijos, cuáles son las normas de higiene que deberían aplicar y, además, tendrían más autoridad en el hogar para velar por los cuidados necesarios. Estos cambios salvarían a más de 12 millones de niños del raquitismo, una consecuencia de la desnutrición padecida en la primera infancia.

La directora del Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo, Pauline Rose, declaró: “Los enormes beneficios derivados de una educación de calidad suelen ser invisibles para los donantes y los encargados de formular las políticas, por lo que a menudo la educación queda relegada en los programas internacionales de desarrollo. El análisis que hoy damos a conocer constituye una prueba fehaciente de que esa situación debería cambiar. Si los dirigentes del mundo que se reunirán en Nueva York la semana próxima quieren que los objetivos de desarrollo para después de 2015 puedan cumplirse, deben reconocer la función decisiva que desempeña la educación”.

La publicación de estos datos se realiza en el marco de una campaña en la que se pide a los dirigentes del mundo que den prioridad a la educación equitativa y de calidad en los nuevos programas de desarrollo para el periodo posterior a 2015. El análisis íntegro estará disponible en el Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo que verá la luz en enero de 2014.

¿Qué es una matriz energética?



Una matriz energética es una radiografía de cómo está balanceado el consumo de energía entre distintas fuentes en un periodo de tiempo.

Tal como existen dos tipos de fuentes de energía, también las hay de matrices: primarias y secundarias. La primera alude a las diversas energías en el estado en que se extraen de la naturaleza, sin mediar procesos que la transformen, como la hidráulica, eólica, solar, gas natural, petróleo, etc. Las fuentes de energía secundarias, en cambio, incluyen los diversos productos energéticos elaborados a partir del procesamiento de las energías primarias, como electricidad, gas distribuido por redes, derivados de los hidrocarburos, entre otros.

De manera análoga, la matriz energética primaria muestra la participación que tienen energéticos capturados directamente de recursos naturales en el consumo total. A su vez, la matriz secundaria indica la participación de energéticos producidos a partir de la transformación de los primarios en el consumo total.

Una matriz diversificada


Existen varios tipos de matrices energéticas, algunas con mayor participación de un energético y otras con consumos similares entre ellos. Debido a que un gran número de matrices son fuertemente dependientes del uso del petróleo y de sus derivados, se ha acuñado en las últimas décadas el concepto de matriz diversificada. Estas matrices presentan porcentajes más balanceados en términos de la participación de cada energético en el consumo.

Es importante contar con una matriz diversificada porque aumenta la seguridad del suministro, disminuyendo el riesgo de que existan grandes pérdidas de bienestar producto de interrupciones en el abastecimiento del energético más demandado. En muchos países existe una estructura de consumo totalmente inversa a la estructura del potencial y se encuentra agravada por el desaprovechamiento de los recursos renovables.

El caso de Chile no es muy distinto, puesto que gran parte del consumo de energía se explica por la importación de crudo y de los derivados del petróleo. Sin embargo, en Chile contamos con bajas reservas de combustibles fósiles, por lo que también hay una estructura inversa entre consumo real de energéticos y el potencial de generación.

Por esta razón el suministro de energía debe realizarse con determinados niveles de seguridad para que la población sea abastecida de forma continua y sin riesgos, pues de ella depende la calidad de nuestra vida, trabajo y productividad.

Composición e impacto


La matriz energética chilena está compuesta en gran parte por combustibles fósiles importados. De acuerdo al balance de energía 2012, Chile importa el 60% de su energía primaria, lo que nos convierte en un país subordinado a la inestabilidad y volatilidad de los precios en los mercados internacionales en términos de costos y suministro.

La crisis del gas argentino, ocurrida en los años 2006 y 2007, grafica los riesgos de la dependencia energética. Los envíos de gas provenientes del país vecino se cortaron casi en su totalidad y de forma arbitraria, lo que trajo como consecuencia un alza en los costos de la energía, porque se le reemplazó por otras alternativas más caras como el diesel.

A esto se agrega que durante los últimos diez años Chile se ha visto afectado por largos y severos periodos de sequía, insuficiente entrada de proyectos y de nuevas empresas en el área de generación, y escasa inversión en infraestructura en ese mismo segmento y también en el de transmisión eléctrica.

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¿Por qué existen el día y la noche?



El giro de la Tierra sobre su propio eje es quizás el evento más importante en nuestras vidas. El día y la noche ordenan nuestras actividades diarias, y permiten la vida en la Tierra tal como la conocemos.

La Tierra, cada 24 horas, aunque de manera más precisa cada 23 horas y 56 minutos, da una vuelta completa alrededor de un eje imaginario que pasa por los polos, en dirección oeste-este y en sentido contrario al de las agujas del reloj. Esto produce la impresión de que es el cielo el que gira alrededor de nuestro planeta. A este movimiento, denominado rotación, se debe la sucesión de días y noches, siendo el día el tiempo en que nuestro horizonte aparece iluminado por el Sol, y la noche cuando el horizonte permanece oculto a los rayos solares.

Como todos los cuerpos celestiales aparecen en el este (excepto los que están cerca de los polos, que solo dan vueltas), y viajan a lo largo del cielo para ponerse en el oeste, puede deducirse que, o estos se mueven alrededor de la Tierra de este a oeste, o la Tierra gira de oeste a este. A partir del simple movimiento del Sol, la Luna y las estrellas, ambas hipótesis están en perfecta armonía con lo observado, y no es posible determinar cuál de las dos es correcta sin recurrir a información adicional. Se suele creer que en la antigüedad las personas no sabían de ciencia, porque creían que la Tierra estaba fija y que el cielo se movía a su alrededor, pero hemos visto que a partir de la información con que contaban, una teoría era tan buena como la otra. De hecho, no todos en la antigüedad pensaban que la Tierra estaba fija. El primer filósofo conocido que creyó en la rotación de la Tierra fue Filolao, un Pitagórico que vivió en el siglo V a.C. Sus ideas fueron tomadas por Copérnico (1473-1534) en su gran trabajo sobre la teoría del movimiento en el Sistema Solar.

El movimiento de rotación de la Tierra tiene como consecuencias:
  • La sucesión de los días y las noches.
  • La forma achatada de la Tierra.
  • Los puntos cardinales.
  • La desviación de los cuerpos en su caída.
  • Los vientos y las corrientes marinas.
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La importancia de la tecnología de la información y la comunicación para las industrias de recursos naturales

Si bien la tecnología de la información y la comunicación (TIC); vienen jugando un papel central en nuestras sociedades, es poco lo que se ha estudiado acerca de las transformaciones y consecuencias
que su adopción ha inducido sobre el modo de explotación y aprovechamiento de los recursos naturales.

Buscando aportar con un grano de arena, en este documento se analiza la incidencia de la TIC en las distintas dimensiones: sobre lo gerencial y organizativo de las empresas orientadas a estos sectores, como sobre los procesos productivos, revisando las transformaciones ocurridas en minería y petróleo, sector agropecuario, acuicultura, y el sector forestal. En alguno de ellos —como el minero o el de hidrocarburos— los desarrollos vienen siendo más complejos, existiendo una clara tendencia hacia la automatización inteligente.

En otros sectores las tecnologías son más simples y están al alcance de un mayor número de usuarios, aunque la fuerte heterogeneidad en capital e ingresos de las empresas, hace también que la varianza en el grado de utilización de las tecnologías de la información en América Latina pueda ser muy
alta. De aquí surge una primera serie de temas a investigar en una agenda futura, tales como la pertinencia de políticas orientadas a la difusión de la tecnología, la forma de incorporar a la pyme en el proceso, el impacto sobre el empleo, el impacto sobre sectores exportadores, etc.

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http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/4556/S05803_es.pdf

Producción, tráfico y consumo de drogas en América Latina

Los problemas asociados a la producción, el tráfico y consumo de drogas en América Latina afectan la calidad de vida de la población, están ligados a formas de exclusión social y debilidad institucional, generan mayor inseguridad y violencia, y corroen la gobernabilidad en algunos países. No es de extrañar, pues, que en el contexto político internacional el tema de las drogas ha ido adquiriendo peso y presencia progresiva, y los acuerdos intergubernamentales en esta materia se extienden cada vez más.

En relación a la producción, América Latina concentra la totalidad de producción global de hoja de coca, pasta base de cocaína y clorhidrato de cocaína del mundo. Posee, además una producción de marihuana que se extiende hacia distintos países y zonas, destinada tanto al consumo interno como a la exportación. Y, crecientemente, produce amapola y elabora opio y heroína. En relación con el tráfico, la zona del Caribe sigue siendo la ruta más frecuente para el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, pero la ruta del Pacífico, pasando por América Central, ha ganado importancia relativa. Recientemente ha cobrado importancia el transporte fluvial desde los países productores de coca-cocaína a través de Brasil.

El problema del consumo afecta principalmente a la población juvenil y a los varones más que a las mujeres. La marihuana, seguida de la pasta base de cocaína, el crack y el clorhidrato de cocaína son las drogas ilícitas de mayor consumo en la región, generando mayores problemas en jóvenes de alta vulnerabilidad social. Según los datos que proveen los centros de tratamiento, el alcohol y el tabaco, seguidos por la marihuana, son las drogas de inicio más frecuentes de los pacientes atendidos en centros de tratamiento; pero las drogas ilícitas de mayor impacto en la salud son la cocaína, la pasta base y el crack.

Los gobiernos han tomado medidas y formulado planes nacionales para reducir tanto la demanda como la oferta, colocando especial énfasis en el control de la producción y el tráfico de drogas, las campañas de comunicación y prevención, el fortalecimiento jurídico e institucional, y la mayor cooperación internacional para el control del tráfico de drogas y lavado de dinero. Entre los criterios compartidos por los gobiernos destaca también la mayor focalización de la prevención y el tratamiento en grupos de mayor vulnerabilidad social; progresiva municipalización de la prevención, privilegiando la comunicación cara a cara; sistemas integrados de información tanto respecto del consumo como de la producción y el tráfico; y una legislación que permita mayor eficacia de las acciones de control sobre la oferta de drogas y los delitos conexos.

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Metodología del marco lógico para la planificación, el seguimiento y la evaluación de proyectos y programas

Este documento recoge de manera didáctica todos los conceptos y aplicaciones de la Metodología de Marco Lógico. 

Se exponen secuencialmente el análisis de involucrados, el árbol de problemas, la estructura analítica del proyecto y se detallan los componentes básicos de la matriz. De igual manera, se detallan todas las ideas que comprenden el monitoreo y la evaluación de proyectos y programas. 

Para facilitar su comprensión y utilización por parte de los interesados se incluye una pauta metodológica y un caso integral con todos los elementos y variables que comprenden esta metodología. 

Se ha privilegiado la sencillez en la exposición de las ideas sobre la extensión analítica, con el objeto de que se convierta en una herramienta de apoyo para todas las actividades de capacitación, investigación y asistencia técnica que desarrolla el ILPES. Por esta razón, su elaboración va acompañada de ejemplos, experiencias y puesta en práctica de los conceptos que constituyen la esencia de esta herramienta.

En la elaboración de este trabajo se ha intentado visualizar las relaciones de la metodología de marco lógico con los niveles estratégicos, programáticos y operativos del diseño de las políticas y programas con el objeto de articular y coordinar los niveles macro, meso y micro del sistema de planificación. 

Se hace también hincapié en el aporte de este instrumento a la gestión estratégica de los proyectos y programas y su invaluable contribución al seguimiento, control y evaluación de los mismos.

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Violencia de género: un problema de derechos humanos

Si bien las violaciones de los derechos humanos afectan tanto a los hombres como las mujeres, su impacto varía de acuerdo con el sexo de la víctima.

Los estudios sobre la materia permiten afirmar que toda agresión perpetrada contra una mujer tiene alguna característica que permite identificarla como violencia de género. Esto significa que está directamente vinculada a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres en nuestra sociedad, que perpetúan la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo masculino. 

Lo que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de agresión y coerción es que el factor de riesgo o de vulnerabilidad es el solo hecho de ser mujer. La violencia de género puede adoptar diversas formas, lo que permite clasificar el delito, de acuerdo con la relación en que ésta se enmarca y el ejercicio de poder que supone, en las siguientes categorías: violación sexual e incesto, asedio sexual en el trabajo y en las instituciones de educación, violencia sexual contra mujeres detenidas o presas, actos de violencia contra las mujeres desarraigadas, tráfico de mujeres y violencia doméstica. 

En el presente documento se estudia en detalle esta última forma, sin dejar de mencionar y describir las otras, puesto que en los últimos años ha dado origen a nuevas e importantes instituciones y enmiendas de las legislaciones, y en torno a ella se han articulado acciones colectivas de las mujeres. La falta de datos estadísticos que podrían revelar la verdadera magnitud del fenómeno en América Latina y el Caribe es un obstáculo que dificulta la mejor comprensión de la problemática de la violencia de género. 

Aunque su incidencia es mucho más alta que lo consignado en los registros oficiales, los estudios del tema permiten inferir su carácter epidemiológico. La mayor parte de los datos presentados en este estudio provienen de investigaciones y documentos de organizaciones no gubernamentales y de organismos internacionales que han hecho investigaciones en esta área en los últimos años. 

Las propuestas que se plantean se basan en el carácter irreductible de los derechos de las mujeres, en la obligación del Estado de protegerlos y garantizarlos, y en la convic-ción de que el respeto de los derechos humanos también es una condición esencial para el desarrollo de nuestros países y el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos de toda la población. 

Se plantea, asimismo, la necesidad de analizar el tema de los derechos humanos y de la violencia de género desde una perspectiva que ofrezca posibilidades de cambios culturales estructurales que conlleven el respeto de los derechos de las mujeres y cuestionen la inevitabilidad de la violencia en las relaciones de género.

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2 dic 2015

Consumo de energía eléctrica en nuestros hogares

El propósito de las acciones en favor del ahorro y uso eficiente de la energía eléctrica no significa reducir el nivel de bienestar o el grado de satisfacción de nuestras necesidades cotidianas, sino invitar a la reflexión y al cambio de los hábitos al igual que al de las actitudes que conduzcan a una mayor eficiencia en su uso.

¿Qué acciones puede desarrollar cada persona, para disminuir el consumo de Energía? ¿Puedo yo -en mi hogar- disminuir el consumo de energía?


Desde el punto de vista de cada uno de nosotros, existen distintas alternativas para disminuir el consumo de energía en nuestros hogares.

Realice la mayor cantidad de actividades posibles utilizando la luz natural y no deje luces encendidas si no las usa.

Apague el televisor, la radio, los juegos de video y el PC cuando no los esté usando. En este último también puede activar la función de “ahorro de energía”.

Utilice luces próximas para actividades como leer, coser, estudiar y elimine las luces indirectas.

Reduzca la iluminación ornamental en exteriores y coloque puntos de luz que iluminen otras habitaciones colindantes.

Cambie las ampolletas tradicionales por otras de bajo consumo que, si bien cuestan más, consumen un 80% menos y duran 8 veces más.

Mantenga limpia las ampolletas. Con suciedad, la luz puede disminuir hasta 50%.

Al comprar un electrodoméstico, elija el de menor consumo de electricidad.

Utilice interruptores con temporizador; así puede programar el encendido y apagado de luces.


¿Cuánto gastan en promedio los artefactos eléctricos de nuestras casas?



Equipamiento necesario para Trekking en Torres del Paine

El Circuito W es uno de los principales atractivos turísticos que ofrece el Parque Nacional Torres del Paine. Esta travesía es realizada cientos de turistas que cada año visitan el parque, con el propósito de ser testigos de la belleza que caracteriza a la Patagonia Chilena.
Compuesto por 62 kilómetros de distancia, el circuito W conecta la base Torres del Paine, el Valle Francés y el Glaciar Grey en una interesante ruta cuyo trazado forma una W, dando origen a su denominación.

Quienes han recorrido el circuito W completamente, saben lo entretenida y emocionante que puede llegar a ser esta experiencia, debido a la riqueza natural que ofrece la Patagonia chilena. Sin embargo, también pueden dar testimonio de lo exigente que puede resultar la ruta para algunos, sobre todo cuando no se cuenta con el equipamiento adecuado.

Por esta razón hemos preparado una lista de las cosas que componen el equipamiento necesario para hacer trekking en las Torres del Paine y que conviene revisar antes de disponerse a realizar esta aventura:

Vestimenta
Zapatos de trekking, resistentes al agua y firmes.
Zapatos livianos, para zonas de descanso (refugios, camping, espacios comunes).
Anteojos y/o antiparras con filtro UV.
Mochila resistente al agua.
Impermeable o parca resistente al agua.
Calcetines gruesos. Conviene siempre andar con 3 pares adicionales.
Pantalones largos y cortos.
Cortaviento.
Sweater de material térmico, como polar o de lana.
Guantes térmicos e impermeables.
Poleras de manga larga y corta.
Bufanda o pañuelo de fibra sintética.
Sandalias, para el cruce de ríos.
Polainas.
Gorro.

Accesorios
Recipiente para transportar agua.
Cantimplora térmica.
Bastones de trekking.
Linterna.
Brújula.
Navaja.
Fósforos.
Mapas descriptivos.
GPS.
Bolsa plástica para almacenar la basura y mantener la ropa seca.
Cámara fotográfica.
Baterías (pilas).

Equipo médico
Medicamentos de primera necesidad como analgésicos, antisépticos, desinfectantes, antiinflamatorios, antiespasmódicos y vendas.
Protector solar.
Protector de labios.
Parches desechables.
Artículos de higiene personal.

Equipo de campaña
Carpa o tienda de campaña.
Saco o bolsa de dormir.
Colchonetas.
Cocinilla a gas.
Nylon.
Alimento suficiente para la cantidad de días dispuestos en la visita (considere alimento para 2 días adicionales a los de su estadía, por imprevistos).

Los abarrotes que se distribuyen dentro del parque serán más costosos, por lo tanto conviene adquirir toda la comida en establecimientos antes de partir al parque nacional Torres del Paine.

Para el Trekking en el Circuito W se recomienda llevar frutos secos, cereal, galletas y sobre todo chocolates y otros alimentos ricos en calorías.

Fauna de Torres del Paine

El Parque Nacional Torres del Paine es un lugar privilegiado en el planeta, con diversos microclimas y 4 tipos de vegetación: matorral preandino, bosque magallánico, tundra magallánica y la vegetación en altura.

Las duras condiciones de la Patagonia Chilena permiten que la zona albergue flora y fauna salvaje única en el mundo, aunque muchos de ellos se encuentran lejos de los caminos habilitados para los turistas.

En el Parque, se pueden encontrar más de 120 tipos de aves, 250 tipos de plantas y 25 mamíferos, todos protegidos por la Ley (se prohíbe destruir la flora, cazar o pescar dentro de Torres del Paine). Los principales animales que pueden encontrar son:

Puma o León de Montaña (Puma concolor): Este felino carnívoro es uno de los mamíferos más grandes que se pueden encontrar en América. Este animal es extremadamente peligroso y territorial, pero de todas formas evita las zonas con seres humanos, por lo que los ataques son escasos.
Como el puma es un depredador que consigue su alimento realizando emboscadas, se recomienda nunca dar la espalda en caso de un avistamiento, sino que es necesario retroceder lentamente, arrojar objetos para asustarlo, mostrarse más intimidante mostrándose más alto y nunca inclinarse. En caso de un ataque, la última opción es golpearlo en la nariz, su punto débil.

Huemul (Hippocamelus Bisulcus): Este ciervo en peligro de extinción habita en zonas cordilleranas de Chile y Argentina destacan por vivir en pequeños grupos y por las astas bifurcadas que tienen los machos. Su población reducida es extremadamente difícil de visualizar, debido a que evitan el contacto con los humanos y sus asentamientos.

Entre las curiosidades del huemul, destacan que es uno de los 2 animales presentes en el Escudo de Chile, junto al cóndor, por lo que fue declarado Monumento Natural de Chile y Argentina, siendo protegido por ambos países.

Ñandú (Rhea americana): Esta ave, que tiene una notable similitud con el avestruz africano, también puede ser vista en el Parque Nacional Torres del Paine, una de sus características es que se desplaza en grupos grandes en búsqueda de frutas, insectos y reptiles para su alimentación.

Destacan por ser uno de los animales terrestres más rápidos del mundo, alcanzando hasta los 80 kilómetros por hora si corre en una recta, por lo que también se recomienda su avistamiento en un lugar distante.

Chingue (Conepatus chinga): También es conocido como zorrillo o mofeta sudamericana. Es fácil de identificar por su pequeño tamaño, pelaje negro con una franja blanca desde la cabeza a la cola. Por el olor del líquido que arroja como método de defensa, recomendamos mantenerse lo más alejado posible.

Pato de anteojos (Anas specularis): Esta ave migratoria puede ser encontrada en la Araucanía o la Patagonia de Chile y Argentina durante los meses cálidos, mientras que en invierno se desplaza al centro de ambos países. El nombre de este animal omnívoro se debe a una franja semi ovalada que tiene bajo sus ojos, asemejando unos lentes.

El pato de anteojos puede ser visualizado en ríos y lagos, ya que nunca se interna a zonas secas o el campo abierto.

Martín Pescador Grande (Megaceryle torquata stellata): En el Parque Nacional Torres del Paine se puede avistar esta subespecie que habita en la Patagonia. Destaca por su color azul, pecho rojo y una línea blanca en su cuello, por lo que es también conocido como martín pescador de collar.

Guanaco (Lama guanicoe): Este mamífero herbívoro es típico de América del Sur, perteneciente a la familia de los camélidos, al igual que las llamas, vicuñas y alpacas que se pueden ver en el norte de Chile.

Estos animales abundan en el Parque Nacional Torres del Paine, pero son tímidos, por lo que se recomienda avistarlos a una distancia prudente. Su principal característica es la rapidez, debido a que puede correr a más de 60 kilómetros por hora para evitar a sus depredadores.

Chincol (Zonotrichia capensis): Habita en toda Sudamérica y se puede avistar tanto en bosques como en la propia ciudad. Se reconoce por su color café con zonas blancas, rojas y negras, aunque su principal característica es el canto que realiza el macho.

Zorro Gris o Chilla (Lycalopex griseus): Una de las tantas especies de zorros que habita en Chile y toda la Patagonia Chilena, así como Argentina y Uruguay. Mide 50 centímetros promedio de longitud y no pesa más de 5 kilogramos, por lo que se alimenta de roedores, carroña, aves, reptiles pequeños o liebres.

Cómo llegar a Torres del Paine desde Santiago - Chile

  1. Primer tramo: de Santiago a Punta Arenas.
    Puedes tomar un avión, un bus o arrendar un automóvil particular. Desde Santiago son aproximadamente 3.100 Km. hasta Punta Arenas. La duración del vuelo es de aproximadamente 4.15 hrs. Recomendamos conectar con el Bus Regular desde el Aeropuerto de Punta Arenas hacia Puerto Natales y posteriormente tomar el bus hacia Torres del Paine (debes solicitar a la línea de Bus que los recoja en el aeropuerto).
  2. Segundo tramo: de Punta Arenas a Puerto Natales.
    Recomendamos tomar un bus, verificando los horarios directamente con la empresa de transportes (254 Km / tipo de Camino: Pavimento). Hay alrededor de 10 frecuencias diarias.
  3. Tercer tramo: de Puerto Natales a Torres del Paine.
    Sólo 112 Km. separan Puerto Natales del Parque Nacional Torres del Paine. Puedes llegar en bus o en automóvil. Existen 2 rutas de acceso al PN Torres del Paine siendo una 100% ripio y la otra 50% ripio, 50% pavimento.

Cómo llegar En Bus desde Puerto Natales a Torres del Paine.


Entre el 1 de noviembre y el 31 de marzo hay dos frecuencias diarias. En los meses de septiembre (mediados), octubre y abril hay sólo una frecuencia a las 7.30 AM * consultar fecha de inicio.

Salida Puerto NatalesLaguna Amarga (entrada al parque)Pudeto (catamarán)Administración (destino final)Importante
7:309:4510:4511:45Frecuencia disponible entre mediados de septiembre y abril * consultar fecha de inicio.
14:3016:3017:3018:00Frecuencia disponible desde el 1-nov al 31-mar


Salida


Salida AdministraciónPudeto (catamarán)Laguna Amarga (entrada al parque)Puerto Natales (destino final)Importante
13:0013:4515:0017:00Frecuencia disponible entre mediados de septiembre y abril* consultar fecha de inicio
18:1519:0019:4522:00Frecuencia disponible desde el 1 nov al 31-mar

Cómo llegar En automóvil a Torres del Paine


Si deseas llegar en automóvil, existen dos caminos que puedes tomar para llegar al Parque:
  • La primera opción es por la salida norte de la ciudad, directo por el camino hasta Villa Cerro Castillo la cual se encuentra a 54 KM de Puerto Natales (pavimento). Luego del cruce se continúa en dirección norte (camino de ripio) hasta la portería-entrada del Parque en Laguna Amarga.
  • La segunda opción es por la salida norte de la ciudad, se conduce hasta el cruce ubicado en el Km. 23, donde se vira a la izquierda y se toma el camino de ripio —esta es también la ruta de acceso a la Cueva del Milodón— , hasta llegar a la Sede Administrativa a 122 Km. más adelante, sector Río Serrano.

Portal que permite creación de empresas en un día

Ya está disponible la plataforma que permitirá iniciar una empresa en un día, con un trámite y a costo cero.

Antes, si un emprendedor deseaba crear una sociedad debía contratar a un abogado, que redactara una escritura y luego acudir a un notario para certificarla. Una vez obtenida la aprobación notarial, debía publicarla en el Diario Oficial e inscribirla en el Registro de Comercio del Conservador de Bienes Raíces. Sólo después de esto podía iniciar actividades y obtener el RUT en el Servicio de Impuestos Internos. Todos estos trámites demoraban un promedio de 8 días hábiles y su costo iba de los $250.000 a los $350.000 en el caso de Santiago, sin embargo en regiones el tiempo solía ser mayor y su costo podía duplicarse.

Con este cambio los emprendedores podrán ingresar a través de la página web del Ministerio de Economía al portal www.tuempresaenundia.cl, seleccionar el tipo de sociedad que quieren conformar y completar un formulario que incluirá las características de la sociedad, tales como la identidad de los socios, razón social, giro y capital que tendrá la empresa. Utilizando la firma electrónica podrán identificar a las personas que componen la sociedad.

Un software convertirá toda esta información en un documento definitivo que será enviada al Servicio de Impuestos Internos y permitirá iniciar actividades, asignará un RUT. Finalmente, con el uso de la factura electrónica el emprendedor podrá comenzar a vender de manera inmediata.

En una primera etapa se podrán crear Sociedad de Responsabilidad Limitada. En adelante y de acuerdo a la Ley y el Reglamento, las fechas a partir de las cuales se podrán constituir o migrar los distintos tipos de personas jurídicas serán el primero de noviembre, Empresa Individual de Responsabilidad Limitada y luego, el 2014 Sociedad por Acciones, Sociedad Colectiva Comercial, Sociedad en Comandita Simple, Sociedad en Comandita por Acciones y Sociedad Anónima Cerrada el 2015 y Sociedad Anónima de Garantía Recíproca el 2016.

Es importante destacar que el sistema electrónico será alternativo al actual, es decir, los emprendedores podrán optar entre el sistema antiguo o el nuevo para realizar el trámite.

Gestión de Residuos en Chile

Carolina Ortega solía ir cada domingo en la mañana al centro de reciclaje Punto Limpio en la adinerada comuna de Vitacura en Santiago, pero desde que se volvió demasiado concurrido los fines de semana intenta ir durante la semana.

“Separo todo en la casa y luego lo traigo acá”, señala. Siento que estoy ayudando al medio ambiente, hay gente que dice que es insignificante, pero esto es mejor a que todo termine en un relleno sanitario”.

Ortega, residente de Vitacura, ha notado el aumento en la cantidad de gente, en especial de familias con niños pequeños, quienes llegan al Punto Limpio con autos cargados de botellas de vidrio, latas de aluminio, contenedores plásticos y diarios, entre otros artículos.

La mayoría de las municipalidades en Santiago operan sus propios Puntos Limpios, pero el de Vitacura es el más grande y uno de los pocos que acepta artículos como pilas y medicamentos vencidos, además de desechos de gran tamaño como artículos electrónicos y metal chatarra.

Según Manuel Valdés, quien administra el Punto Limpio, otras municipalidades de todo Chile e incluso de otros países de América lo han visitado para ver cómo funciona.

“El sesenta por ciento de todo lo que recibimos aquí se recicla”, sostiene. “El mayor problema es la creciente cantidad de basura, lo que es un costo, porque termina en el vertedero, no ayuda a nadie”.

Valdés es empleado de Demarco, parte del grupo de gestión de residuos Urbaser-Danner propiedad de inversionistas españoles y estadounidenses, el que tiene contrato con la Municipalidad de Vitacura para operar el centro.

La municipalidad además tiene acuerdos con compañías como Gerdau Aza, Cristalerías Chile y Cementos Polpaico que recolectan y reciclan el metal, el vidrio y el plástico, respectivamente. Estas compañías no pagan directamente a la municipalidad, pero se les exige que hagan donaciones de beneficencia cada mes, explica Valdés.

El centro ha estado operando desde el 2005 y en la actualidad, en promedio, recibe 400 vehículos diariamente, los que llegan a entre 600 y 800 los fines de semana. De hecho, se ha vuelto tan popular -el crecimiento anual promedio es del 25%- que Valdés está considerando limitar el ingreso solo a residentes de Vitacura.

Él atribuye el crecimiento a la educación. La información esta disponible a través del sitio web y la municipalidad ha lanzado un programa educacional en colegios de la comuna. “Son los niños los que traen a sus padres”, afirma Valdés.

Irónicamente, Vitacura -que es una de las municipalidades con el mayor ingreso per cápita de Chile- también genera la mayor cantidad de basura per cápita: cerca de 2,09 kilos por día en el 2009, según un estudio de la Comisión Nacional de Medio Ambiente (CONAMA), casi el doble que el promedio nacional de 1,3 kilos, pero también lidera el camino en materia de reciclaje.

No en mi Patio


El Punto Limpio de Vitacura es un caso especial, pero señala un cambio de actitud en Chile respecto de la basura. Los consumidores, a menudo alentados por sus hijos, se están volviendo más conscientes sobre los beneficios de reciclar y están exigiendo que las empresas gestionen sus residuos de manera responsable.

Pero este cambio es muy reciente. Apenas en el año 1995, todos los residuos producidos en el país terminaban en vertederos no autorizados. Sin embargo, hoy en día, el 69% de los residuos generados por los chilenos se transporta a rellenos sanitarios que cumplen con normas ambientales y sanitarias, mientras que el 22% termina en vertederos que cumplen con una legislación más antigua y un 9% lo hace en vertederos ilegales.

Al mismo tiempo, el crecimiento de la población y los mayores ingresos significan que los chilenos están generando más residuos. El primer estudio sobre desechos sólidos en Chile, llevado a cabo por la CONAMA, arrojó que el país generaba 16,9 millones de toneladas de desechos en el 2009, un alza frente a los cerca de 12 millones de toneladas del 2000, de los cuales 6,5 millones de toneladas correspondieron a desechos municipales, principalmente residenciales y comerciales, mientras que 10,4 millones de toneladas eran industriales.

Alrededor del 10% de los residuos sólidos se reciclan, lo que es una gran mejora frente al 0% de hace 20 años, pero aún es muy inferior a las tasas de los países desarrollados: en Estados Unidos cerca del 34% de los residuos municipales se recicla o se destina a compostaje.

En Chile, las municipalidades son responsables de la recolección y disposición de sus propios residuos según su propio criterio. La mayoría adjudica contratos a agencias de recolección que trasladan la basura a rellenos sanitarios administrados de manera privada, usualmente localizados en la periferia de las ciudades cerca de áreas pobres donde el terreno es barato y donde es menos probable que los habitantes se quejen.

Estos contratos, como están diseñados actualmente, no ofrecen ningún incentivo para reducir los residuos dado que las municipalidades acuerdan pagar una cantidad por tonelada que es menor mientras mayores sean los volúmenes de basura.

“La mayoría de las municipalidades limitan su gestión a la disposición final de los residuos sin considerar posibilidades de prevención o su potencial valorización y reciclaje”, asevera Ricardo Irarrázabal, subsecretario de Medio Ambiente de Chile.

En la actualidad, la Región Metropolitana de Santiago cuenta con tres rellenos sanitarios: Loma los Colorados (Til Til), Santiago Poniente (Maipú) y Santa Marta (San Bernardo), los que reciben residuos de toda la ciudad incluidas comunas como Vitacura y Las Condes que no cuentan con sus propios rellenos.

El transporte de basura a través de la ciudad no solo es costoso, afirma Irarrázabal, sino que el sistema perpetúa la inequidad social porque municipalidades de escasos recursos como Maipú y Puente Alto tienen que mantener rellenos sanitarios malolientes y antiestéticos que afectan la calidad de vida de sus habitantes.

En cuanto a los residuos industriales, una pequeña parte es peligrosa incluidos polvos químicos y líquidos tóxicos, los que las empresas deben transportar a uno de los siete sitios de tratamiento especial que son similares a los rellenos sanitarios pero con mejor aislación.

Cerca del 5% de los residuos peligrosos se convierten en combustibles alternativos, pero el resto se entierra en contenedores impermeables. A los residuos se les hace un seguimiento a través del Sistema de Declaración y Seguimiento de Residuos Peligrosos (SIDREP), que opera en línea, pero el problema es que esto solo funciona si la empresa declara los residuos.

“Si no se declara, no existe”, señala Frederick Evendt, gerente general de la firma belgo-chilena Hidronor, la que se especializa en residuos peligrosos con sitios en Santiago, Antofagasta y Concepción.

En consecuencia, algunas empresas evitan los costos de tratamiento al tirar la basura -a riesgo de recibir multas- en ríos y áreas poco pobladas. “Un mejor monitoreo y control ayudaría a reducir esta práctica”, señala Evendt.

Concentrarse en la Prevención de Residuos


El marco legal de la gestión de residuos en Chile se remonta al año 1967 y, a través de varias enmiendas desde entonces, las regulaciones de Chile están hoy en día entre las más estrictas de la región.

Sin embargo, históricamente el énfasis ha estado puesto en la disposición final, en otras palabras en dónde dejar la basura para que no esté a la vista ni en mente. Pero el Ministerio de Medio Ambiente está tratando de cambiar esto concentrándose en la prevención.

“Creemos que estamos listos para dar un salto en la gestión de residuos en Chile”, indica Irarrázabal.

A juicio del ministerio, más del 50% de los residuos municipales podrían reutilizarse o reciclarse, lo que reduciría de manera sustancial la cantidad que termina en los rellenos sanitarios, o que se bota ilegalmente.

La estrategia nacional de gestión de residuos del ministerio está compuesta por cinco pasos en una pirámide invertida, donde la disposición de los mismos está en el último lugar. Sin embargo, antes de esa drástica opción final, los pasos más deseables son prevención, reutilización, reciclaje y valorización de la energía.

“El más importante de estos pasos es prevenir los residuos en primer lugar”, dice Irarrázabal.

Además de los positivos efectos ambientales y sociales, esta estrategia también aspira a reducir el costo para las municipalidades, las que entonces tendrán más fondos para gastar en otros programas.

La educación pública y las iniciativas a nivel municipal, tales como el programa de Vitacura, están ayudando a aumentar la conciencia de los consumidores, pero para que esta estrategia funcione a escala nacional, Chile necesita desarrollar su industria de reciclaje.

Responsabilidad del Productor


En su Evaluación de Desempeño Ambiental 2005, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomendó, entre otras cosas, que Chile fortaleciera la aplicación del principio de “el que contamina paga”.

En otros países, esto se conoce como Extensión de la Responsabilidad del Productor (EPR, por su sigla en inglés). Este sistema, implementado en Europa en la década de los 90, hacer al productor o importador responsable de recuperar productos como llantas, aceites, baterías y ampolletas al final de su vida útil.

Pero los expertos dicen que Chile podría no estar listo para este tipo de sistema. No solo exige estrictos controles y seguimiento, sino que también una industria de reciclaje con mercados desarrollados y una estructura de costos competitiva, algo que Chile no tiene, todavía.

Una propuesta alternativa, incluida en el proyecto de ley de reforma tributaria del Gobierno, es un “impuesto verde” que se aplicaría a productores o importadores de ciertos artículos tales como los mencionados anteriormente.

El impuesto, que variaría de US$1.000 por un kilo de baterías a US$60 por un litro de aceite, efectivamente significa que el costo será pagado por el consumidor. Según el Ministerio de Medio Ambiente, esto solo aumentará el precio final entre un 1% y un 2%.

Parte de la cantidad recolectada se usaría para crear un “fondo verde” destinado a subsidiar iniciativas de reciclaje. Los detalles aún deben afinarse, pero este financiaría la totalidad o parte de la instalación, operación y mantenimiento de los programas de reciclaje del sector privado.

La meta es establecer un sistema de EPR para que las empresas se hagan responsables de sus productos “desde la cuna hasta la sepultura”, sostiene Irarrázabal, pero primero Chile necesita infraestructura de reciclaje, una cultura de reciclaje y una planificación de recolección adecuada.

Sanear Isla de Pascua


Aun cuando el reciclaje es incipiente en Chile, algunas municipalidades como la de Isla de Pascua se han asociados con empresas de reciclaje para reducir su basura.

Con 70.000 turistas al año, además de 4.000 residentes permanentes, que generan cerca de un kilo de basura por día, la isla se está quedando sin espacio y los vertederos ilegales están contaminando la napa freática.En el 2009, Gerdau Aza, la mayor firma de reciclaje de acero de Chile y filial del grupo brasileño Gerdau, suscribió un acuerdo con la Municipalidad de Isla de Pascua para reciclar el metal chatarra de la isla.

“Es la isla más aislada del mundo, lo que significa que la disposición de los residuos es un tema importante”, explica Arturo Harlen, gerente de comunicaciones de Gerdau Aza.

Gerdau donó un compactador de basura y en dos años ha retirado 40 toneladas de chatarra, principalmente autos y artefactos rotos. Isla de Pascua es el único lugar de Chile donde se han informado casos de Dengue por picada de mosquito, lo que significa que los residuos sólidos deben mantenerse en cuarentena por lo menos durante seis meses, pero la Armada Chilena traslada en sus barcos la chatarra hasta el puerto de Valparaíso de manera gratuita.

“Estamos perdiendo dinero en este proyecto, pero ganamos en muchas otras áreas que son incalculables”, sostiene Harlen.

En general en Chile, el 60% del metal chatarra se recicla y cerca del 20% del acero que se consume se elabora a partir de chatarra. Este nivel es bajo en comparación con los estándares internacionales -en Estados Unidos el 52% del acero consumido proviene de chatarra, afirma Harlen- pero esto está cambiando a medida que la población es más educada.

Acuerdos de Producción Limpia


Otras industrias en Chile tienen tasas de reciclaje mucho más bajas, en especial de productos como neumáticos, baterías y plásticos. Pero el Consejo Nacional de Producción Limpia, iniciativa público-privada encabezada por el Ministerio de Economía, está trabajando para cambiar esto mediante la facilitación de Acuerdos de Producción Limpia (APL) con subsidios de la Corporación de Fomento de la Producción de Chile (CORFO).

“Hoy en día hay una competencia desleal, porque las empresas que no se hacen responsables de sus residuos tienen un menor costo que las que sí lo hacen”, señala Jorge Morales, jefe coordinador de APL del consejo.

El impuesto verde crearía un campo de juego parejo, sostiene, porque todas las empresas pagarían por la gestión de los residuos. Pero incluso sin la ley, algunas compañías están invirtiendo en producción limpia como una cuestión de Responsabilidad Social Empresarial.

Por ejemplo, un APL entre 50 empresas de la industria de la construcción creó una nueva firma denominada Regemac, la que es responsable de la gestión de residuos de los sitios de construcción. Actualmente, cerca del 35% al 45% de los residuos de la construcción se reciclan, principalmente cartón, metal, madera y plástico, pero con mayores economías de escala esta cifra podría crecer, asevera Álvaro Conte, gerente general de Regemac.

Sin embargo, el transporte es un desafío. Corresponde a cerca del 60% del costo de la gestión de residuos y el tráfico, además de la distancia desde los sitios de construcción a los rellenos sanitarios, ha reducido la eficiencia de Regemac, afirma Conte.

Fuera de las principales ciudades el transporte es más costoso dado que los desechos deben trasladarse a Santiago, Antofagasta o Concepción. “Si su operación está en Iquique o La Araucanía tiene que recorrer un largo camino”, destaca Morales.

Otro APL formado por fabricantes de neumáticos que incluyen a Goodyear, Pirelli y Michelin organiza la recolección de neumáticos usados, los que antes terminaban en vertederos ilegales o simplemente se enterraban.

Este acuerdo ha dado paso a un nuevo negocio: la fabricación de productos elaborados a partir de goma reciclada. Polambiente, un negocio familiar fundado en el 2010, recibe los neumáticos y los procesa en su planta en las afueras de Santiago.

“Reciclar no es fácil, porque implica un cambio de hábito, pero hemos superado muchos obstáculos”, sostiene Lorena Torres, gerente general de la compañía.

El mercado era muy pequeño en un principio, pero se ha cuadruplicado en apenas dos años. Actualmente, Polambiente elabora pasto sintético para canchas, pero en el futuro podría fabricar otros productos, afirma Torres. “Estamos permanentemente en la búsqueda de productos creativos que empleen goma reciclada y estamos abiertos a la innovación”.

Polambiente evaluaría las exportaciones, pero Torres señala que a menos que las empresas paguen por reciclar será difícil competir con países desarrollados. ”No existe ninguna ley en Chile, de modo que tenemos que convencer a las empresas una por una”, indica. “En este momento, estamos en tierra de nadie”.

El impuesto verde sería un paso adelante, destaca, pero aún queda por ver cómo se gastará en realidad el dinero recaudado. “Esperamos que dentro de un año tangamos una ley que estimule el reciclaje en Chile”.

De Residuos a Energía


Otra parte de la solución para el problema de la gestión de residuos de Chile es convertirlos en energía. Esto tiene el beneficio de que, a diferencia del reciclaje, el mercado está bien desarrollado y la tecnología podría pagarse por sí sola rápidamente.

“Es bueno subirse al carro verde y decir que uno está salvando osos polares y águilas, pero en el fondo está el dinero”, dice Carlos Hart, socio gerente de la firma de reciclaje industrial con sede en Seattle Busy Beaver.

A juicio de Hart, nueva tecnología ahora se concentra en convertir basura en energía limpia. “La capacidad de saltar del antiguo modelo de negocios y avanzar directo a la producción de energía debería hacer del ambiente de reciclaje una gran oportunidad”, manifiesta.

El año pasado, KDM Energía, otra división del grupo Urbaner-Dasser, comenzó a operar un proyecto de biogás en el relleno Loma Los Colorados. La planta, que quema metano extraído del relleno reduciendo así las emisiones de CO2, actualmente suministra 9 MW al Sistema Interconectado Central (SIC) de Chile.

Según Verónica Martínez, analista de Centro de Energías Renovables (CER) de Chile, el proyecto se beneficia de incentivos en virtud de la Ley de Energías Renovables No Convencionales y es una inversión “atractiva” a los altos precios actuales de la energía.

Los proyectos de biogás en otros rellenos sanitarios, tales como Santa Marta en Santiago, queman el gas y venden créditos de carbono en virtud del Mecanismo de Desarrollo Limpio, pero no generan energía.

El potencial de generación de los rellenos sanitarios se estima en cerca de 50MW, lo que es una fracción de las necesidades de energía de Chile, pero si los precios siguen altos podrían desarrollarse más proyectos como Loma Los Colorados, indica Martínez.

En tanto, algunas empresas como el fabricante de productos forestales Arauco están abasteciendo parte de sus necesidades energéticas quemando residuos y vendiendo el exceso de electricidad a la red eléctrica. Un nuevo fondo que introducirá CORFO a fines de este año proveerá subsidios para este tipo de proyectos, afirma Martínez.

“La energía es uno de los costos más altos que enfrentan las industrias en Chile y esto podría ayudar a reducir los costos, en especial para las firmas de la agroindustria”, indica.

A la larga, la gestión de residuos en Chile se reduce simplemente a eso: costos. Dado que el reciclaje aún es caro, convertir la biomasa en combustibles o electricidad podría ser la mejor forma para que las empresas chilenas generen ingresos a partir de los residuos.

Las iniciativas de reciclaje como la empresa en Isla de Pascua de Gerdau Aza son buenas para las relaciones públicas, pero los beneficios son difíciles de medir y, en cualquier caso, estos son ejemplos aislados.

El Punto Limpio en Vitacura muestra que cuando se les da una oportunidad, los consumidores están dispuestos a esforzarse por reciclar. Aún queda por ver si pagarán más por productos que incorporen un impuesto verde.

Pero, a medida que la economía de Chile continúa creciendo, inevitablemente generará más residuos y el costo de gestionarla de manera responsable debe ser sostenido por productores y consumidores. Es una cuenta que los chilenos deben estar preparados para pagar ahora, o las futuras generaciones tendrán que hacerlo… con intereses.

La Industria de la Celulosa en Chile

En los últimos cinco años, las empresas de celulosa de Chile han invertido fuertemente en nueva capacidad, pero mientras la industria y los árboles alcanzan la madurez, se presentan nuevos desafíos para seguir creciendo.

La industria forestal de Chile se basa en una ventaja comparativa permanente: el suelo y las condiciones climáticas favorables que implican un rápido crecimiento de los árboles y altos rendimientos. Pero no fue hasta la década de los ‘70 que las empresas locales, alentadas por un programa de subsidios gubernamentales e incentivos tributarios, comenzaron a plantar a gran escala el pino radiata, que ahora cubre vastas zonas del sur de Chile.

En 1995, Chile tenía 1,7 millones de hectáreas en plantaciones forestales, lo que se compara con las apenas 300.000 hectáreas de mediados de los ‘70. Y, a medida que estas plantaciones comenzaron a madurar, las plantas de celulosa siguieron el ejemplo, elevando la producción de 800.000 toneladas en 1990 a 2,6 millones de toneladas en el 2000 y a 3,2 millones de toneladas el año pasado.

Durante este período, Chile no estaba solo en el desarrollo de una industria forestal. Un fenómeno similar, también impulsado por el respaldo del Estado, se observaba en Brasil, que ahora es el mayor productor de celulosa de Sudamérica. La producción en ese país subió de 3 millones de toneladas, a principios de los ’80, a 6 millones de toneladas, a mediados de los 90 y a 10,4 millones de toneladas el año 2005.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Brasil era el cuarto mayor exportador mundial de celulosa en el 2004, después de Canadá, Estados Unidos y Suecia. Y Chile ha llegado al quinto lugar. “Ése es un logro notable para un país pequeño como Chile”, señala Carlos Marx Carneiro, oficial principal forestal de la Oficina Regional de la FAO en Santiago.

También es un logro que ha ayudado a los ingresos por exportación de Chile. A diferencia de Brasil, donde cerca de la mitad de la producción de celulosa del país se consume a nivel nacional, Chile produce casi exclusivamente para exportar.

El año pasado, Chile exportó USD 1.200 millones en celulosa, cifra que a mediados de los ‘90 llegaba a la mitad. Y aún hay mucho espacio para crecer.

Incluso ahora Sudamérica representa sólo una décima parte de la producción internacional de celulosa. Como resultado, los productores de celulosa de Chile -a diferencia de las empresas cupríferas- pueden incrementar su producción sin preocuparse por el impacto sobre los precios internacionales.

Y eso es precisamente lo que las dos empresas de celulosa del país han estado haciendo. Celulosa Arauco y Constitución, la rama forestal del grupo industrial local Angelini, recientemente inició la producción de celulosa en su complejo industrial de USD 1.400 millones, llamado Nueva Aldea, en la VIII Región del sur de Chile, donde -una vez que la nueva planta alcance la plena capacidad a mediados del 2007- espera que la producción llegue a las 856.000 toneladas por año.

Asimismo, Empresas CMPC, controlada por el local Grupo Matte, se dispone a iniciar la operación de una nueva línea de producción de 780.000 toneladas en su planta Santa Fe, también en la VIII Región. Este proyecto, con un costo de USD 745 millones, es la mayor inversión jamás realizada por CMPC.

Juntas, estas inversiones elevarán la capacidad de celulosa de Chile en un 50%, a casi 4,8 millones de toneladas en el 2008. Y eso no es todo: la expansión también representa un importante cambio en el tipo de celulosa que tanto Arauco como CMPC están produciendo.

Tradicionalmente, Chile se ha concentrado en celulosa de fibra larga, hecha a partir de pino radiata, mientras que Brasil se ha especializado en la variedad de fibra corta, elaborada principalmente a partir de eucaliptos. Sin embargo, Chile ahora también se está diversificando a celulosa de fibra corta, debido en parte al crecimiento más rápido de los eucaliptos, que demoran la mitad del tiempo que el pino en alcanzar la madurez.

A fines de los ‘90, Arauco modificó una línea de producción en una de sus plantas a fin de poder usar eucaliptos, pero desde entonces ha ido un paso más allá. En su planta de Valdivia, que inició operaciones en febrero del 2004, un 40% de la capacidad total de la planta está dedicada a celulosa de fibra corta y, en Nueva Aldea, la proporción es de 50/50.

Más aún, la nueva línea de producción de CMPC en Santa Fe se dedicará completamente a celulosa de fibra corta. Como resultado, una vez que la línea de producción esté totalmente operativa, la matiz de la empresa cambiará de un 70% de fibra larga y un 30% de fibra corta en la actualidad a un 60% de fibra corta y un 40% de fibra larga, según André Bergoeing, analista senior de LarraínVial, banco de inversión local.

No Dar a Todos en el Gusto


Sin embargo, la expansión de la industria no ha estado exenta de obstáculos. Como ha demostrado recientemente la disputa de alto nivel entre Uruguay y Argentina, las plantas de celulosa y los supuestos efectos de sus efluentes en las vías fluviales pueden generar una férrea oposición pública.

Y Chile no ha sido la excepción. A fines del 2004, varios cientos de cisnes de cuello negro murieron en un santuario de aves, río abajo, de la recientemente inaugurada planta Valdivia, de Celulosa Arauco, y muchos más emigraron. Como resultado, la planta estuvo temporalmente cerrada y, hoy en día, aún está operando a un 80% de su capacidad, sujeta a un nuevo sistema de disposición de efluentes, posiblemente a través de un ducto hasta la costa.

Podrían pasar cuatro años antes de que la planta opere a plena capacidad, estima Bergoeing. En Arauco, Charles Kimber, director de marketing y asuntos corporativos, admite que la empresa se verá fuertemente presionada para presentar un nuevo estudio de impacto ambiental en el plazo acordado -abril del 2007- debido a que los intentos de la compañía por tomar las medidas necesarias se han topado con la violenta resistencia de los pescadores que trabajan justo en el lugar donde el ducto llegaría al mar.

De modo que, ¿están en lo correcto los ambientalistas de Chile y de otras zonas de Sudamérica al apuntar a la industria? En la FAO, Carneiro cree que no.

Las plantas de celulosa de Chile están entre las más avanzadas del mundo en lo que respecta a tecnología, sostiene. Emplean tratamiento terciario de efluentes que devuelven el agua a su fuente próxima en su estado original, colocándolas a la par de los estándares ambientales que prevalecen en Europa y Estados Unidos, afirma.

Carneiro además resta importancia a las denuncias de los ambientalistas, en cuanto a que las enormes plantaciones que abastecen a las plantas de celulosa de Chile tengan un impacto negativo sobre la biodiversidad y la calidad del suelo. Las plantaciones forestales no son más intensas o poco naturales que los campos de trigo o los huertos, señala y añade que en Chile algunos bosques nativos se talaron para dar paso a plantaciones, pero que la mayoría ocuparon tierras, erosionadas durante décadas, por cosechas agrícolas intensas.

Más aún, a fines del 2003, Arauco y CMPC suscribieron un acuerdo pionero con organismos ambientales locales y estadounidenses sobre la protección del bosque nativo. En virtud de este acuerdo, ambas empresas se comprometieron no sólo a proteger los bosques nativos que poseen, sino que a abstenerse también de adquirir tierras que se hubieran convertido de bosques nativos a plantaciones de pinos o eucaliptos después de 1994.

La industria de la celulosa también tiene un sólido historial en el uso de energía renovable, una prioridad para el gobierno chileno, atrapado entre los altos precios del petróleo y los decrecientes suministros de gas. Mediante la quema de material residual, Arauco, por ejemplo, es capaz de generar electricidad para sus plantas que consumen grandes cantidades de energía y vender 110 MW de electricidad al sistema interconectado local.

Según Bergoeing, los problemas ambientales de la industria son el resultado de un fracaso en materia de comunicación con las autoridades y comunidades locales. En Arauco, Kimber admite que fue eso lo que ocurrió con la planta Valdivia, pero afirma que la empresa aprendió la lección y está invirtiendo mucho más tiempo en las relaciones con la comunidad.

La Tierra es un Premio


No obstante, pese a los costos ambientales adicionales, la industria de celulosa de Chile sigue extremadamente competitiva. El pino radiata alcanza la madurez en apenas 20 a 24 años, comparados con los 50 a 100 años que demora en el Hemisferio Norte, incluido el sur de California, de donde la especie proviene originalmente, mientras que los eucaliptos están listos para su tala en 12 años, una fracción del tiempo que demoran sus equivalentes de madera dura en Canadá o el norte de Europa.

Hoy en día, la celulosa de fibra larga alcanza cerca de USD 700 por tonelada, en el norte de Europa, mientras que los costos directos en Chile bordean los USD 300 por tonelada, señala Kimber de Arauco. Como resultado, los productores locales disfrutan de márgenes operacionales muy saludables, mientras que sus competidores en el Hemisferio Norte luchan no sólo con las condiciones de crecimiento menos favorables, sino también con las viejas plantas.

Sin embargo, a pesar de sus ventajas, la industria de celulosa de Chile enfrenta una limitante a su futuro crecimiento: los árboles para abastecer sus plantas. Tras su reciente ola de inversiones, no se necesitarán nuevas plantas por otra década hasta que las nuevas plantaciones alcancen la madurez, afirma María Teresa Arana, gerente de estudios de la Corporación Chilena de la Madera, CORMA.

Esa visión es confirmada por Gonzalo García, secretario general de Empresas CMPC. Después de la ampliación de Santa Fe, CMPC se concentrará en mejorar el desempeño de sus actuales plantas, más que en incrementar significativamente la capacidad, relata.

Más aún, hay dudas en cuanto a si los productores de celulosa pueden, de hecho, expandir sustancialmente sus plantaciones en Chile. Según Bergoeing, tras la reciente compra de Arauco de 40.000 hectáreas de Forestal Bío-Bío, no hay más plantaciones importantes en el mercado y queda poco terreno disponible que sea apto para las plantaciones.

Las parcelas remanentes son muy inaccesibles o bien muy pequeñas, o se encuentran a mucha distancia del aserradero más cercano para ser consideradas en una industria que depende fuertemente de la proximidad de las plantaciones, las plantas de procesamiento y los puertos para mantener controlados los costos. Y otros sectores como las producción frutícola y, más al sur, la ganadería también están analizando expandirse, ejerciendo presión sobre una oferta limitada de terreno.

La remota y azotada por el viento Región de Aysén, en el extremo sur, podría representar una frontera final para la industria forestal del país, sugiere Bergoeing. Pero sigue sin estar claro si la delicada geografía de esa región y su gélido clima permitirían el desarrollo de las plantaciones.

El costo de la tierra también es una consideración importante, dice Carneiro. Las plantaciones en Chile cuestan ahora entre USD 1.500 y USD 2.000 por hectárea, frente a los USD 400 por hectárea que cuestan al otro lado de Los Andes, estima.

Expansión Regional


No es de sorprender entonces que muchos esperen que el próximo paso de las grandes forestales en Chile sea expandirse en otros países del Cono Sur. De hecho, ambas ya han establecido una presencia en el noreste de Argentina, donde un clima subtropical, explanadas y amplios ríos proporcionan las condiciones ideales para la industria celulosa.

En 1996, Arauco adquirió la empresa forestal Alto Paraná en la provincia de Misiones, que incluye una planta de celulosa de 350.000 toneladas y 233.000 hectáreas de plantaciones. Además, la compañía posee plantaciones en Uruguay y Brasil.

De igual modo, CMPC tiene cerca de 100.000 hectáreas de plantaciones en el noreste de Argentina y desde hace tiempo se ha informado que estaría considerando la construcción de una planta de celulosa en la zona. Sin embargo, hasta ahora ni CMPC ni Arauco han dado un paso decisivo para expandir sus inversiones en Argentina.

En Arauco, Charles Kimber dice que Argentina y Uruguay aún carecen de la red de plantas y aserraderos, que permitan a las empresas forestales explotar sus reservas con tanta eficiencia como en Chile. Pero, según André Bergoeing, tras sus vacilaciones yacen preocupaciones de orden político.

Especialmente en un negocio de largo plazo como el de la industria forestal, Argentina no inspira a los inversionistas con la confianza necesaria, sostiene. “¿Puede alguien decir que las reglas se mantendrán en un plazo de cinco años?”, se pregunta.

No obstante, las empresas de celulosa del hemisferio norte apuntan cada vez más a Sudamérica en una apuesta por reducir sus costos de producción. En mayo del año pasado, la empresa sueca-finlandesa Stora Enso se unió a Aracruz, el mayor productor de celulosa de Brasil, para iniciar operaciones en la planta Veracel, en el estado de Bahia, y los socios ahora están considerando sumar una nueva línea de producción a la instalación de 900.000 toneladas.

Uruguay también atrajo el interés de actores internacionales. Botnia, empresa de Finlandia que es la segunda mayor productora de celulosa de Europa, está construyendo la planta Orión, con una capacidad de producción de un millón de toneladas, en Fray Bentos, al Oeste de Uruguay. Stora Enso además ha manifestado interés en la construcción de una planta de celulosa en Uruguay y, aunque la española ENCE abandonó su plan original de una planta en Fray Bentos, ha señalado que buscará sitios alternativos dentro de Uruguay.

Por cierto, también son posible las empresas de riesgo entre productores de celulosa de Chile y firmas internacionales para desarrollar proyectos en el Cono Sur. En esta línea, Stora Enso y Arauco están en conversaciones sobre una posible empresa conjunta de las operaciones forestales y de aserradero de la empresa brasileña del rubro Arapoti, que Stora Enso adquirió recientemente de manos de la estadounidense International Paper, por unos USD 420 millones.

Pero, entretanto, cada vez está más claro que las ventajas naturales y los bajos costos de producción que han sustentado el crecimiento de la industria forestal de Sudamérica están en la mira internacional. Y eso presenta un desafío clave para los productores de celulosa de Chile si pretenden expandirse a países vecinos.

El Transporte Marítimo de Contenedores en Chile

Chile se conecta con el mundo por barco. Más del 90% de todos los bienes que ingresaron al el país y salieron de él lo hicieron por mar, y un creciente número de esos bienes se envía en contenedores de carga.

Desde el año 1990, Chile ha tratado de incrementar su comercio de contenedores. Su mayor puerto de carga, San Antonio, ha incrementado los embarques en contenedores en 40 veces y el país compite con Perú por tener las exportaciones de contenedores más baratas de Sudamérica. Pero con la demanda creciendo de manera exponencial, los precios están subiendo y el país está a punto de registrar un aumento histórico en la inversión.

Cuando se trata de transporte marítimo, Chile es el terminal. Los barcos de contenedores desde Europa o China pasan por Panamá, Ecuador y Perú en su camino al sur. Luego de llegar a Chile, entran a puertos operados por empresas privadas. Algunos, como el de Angamos en la Región de Antofagasta o Lirquén en la Región del Bío Bío, pertenecen a privados, mientras que los tres más grandes -San Antonio y Valparaíso en la zona central de Chile, además de San Vicente en la Región del Bío Bío- son propiedad pública, pero operados por concesionarias privadas en virtud de contratos de largo plazo.

Los contenedores se almacenan en patios hasta que pueden cargarse en camiones que van a las bodegas de las firmas mayoristas, cadenas de tiendas por departamento y fábricas chilenas. Luego los contenedores van a donde los exportadores, donde se rellenan con vino, salmón u otros productos, y el proceso se invierte.

La industria de carga en Chile está dominada por un puñado de gigantes globales. Según la Asociación Logística de Chile (ALOG) de Santiago, las principales navieras de exportación por volumen son Nippon Yusen Kaisha (NYK Line), Mediterranean Shipping Company (MSC), Mitsui OSK Lines, Maersk Line y Gearbulk Holding Limited.

También figura en la lista Compañía Sud Americana de Vapores (CSAV), que es por lejos la mayor naviera del país. La compañía casi quebró cuando las tarifas de transporte de desplomaron después de la crisis financiera del 2008, lo que redujo la demanda de los embarques a nivel global, pero el chileno grupo Luksic rescató a la firma al adquirir una participación de control en el 2011.

Si bien la competencia entre las navieras es intensa, los costos han estado subiendo. Según el sondeo anual Doing Business del Banco Mundial, Chile tuvo los menores precios de exportación de contenedores de Sudamérica desde el 2008 hasta el 2011 (ver gráfico), pero los precios subieron un 23% a US$980 por contenedor en el sondeo del 2012, dejando a Perú como el país más barato de la región en US$890 por contenedor.

De cara a este incremento, los exportadores están presionando a los puertos y las navieras para mantener bajos los costos, señala Arturo Sierra, gerente general de la Asociación Nacional de Armadores con sede en Valparaíso. “Nuestra cadena logística tiene que estar muy aceitada, porque estamos muy lejos de los mercados mundiales donde llegan nuestros productos y, por lo tanto, tenemos que mantener muy controlados todos los costos”.

Inversión Titánica


En su mayoría, los puertos chilenos están en la senda correcta, sostienen profesionales de la industria. Lo que atribuyen a la Ley de Modernización del Sistema Portuario Estatal de 1997, la que privatizó la administración de los puertos pertenecientes al Estado y permitió que compañías privadas abrieran sus propios puertos. Desde entonces, la eficiencia ha aumentado, mientras que la infraestructura –incluyendo muelles, rutas de acceso y áreas de almacenamiento- han seguido el ritmo de la demanda.

Esa tendencia está por acelerarse. En julio, el presidente Sebastián Piñera anunció una expansión de US$500 millones en el Puerto de Valparaíso. En la ceremonia de adjudicación del contrato de concesión del Terminal 2 del puerto, el mandatario señaló que la expansión será la mayor inversión de la historia en Valparaíso y que duplicará la capacidad de carga del puerto. A nivel nacional, los actuales contratos de concesión requieren US$1.800 millones en inversiones portuarias, afirmó.

La nueva capacidad cubrirá la demanda de la región central del país hasta el 2026, suponiendo un crecimiento estable, según cifras del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones. No obstante, eso no es tanto tiempo en una industria en que un nuevo proyecto tarda una década en construirse.

Hoy en día, los puertos en la zona central de Chile pueden manejar un total de 2 a 3 millones de contenedores al año, según el ministerio. Con la expansión planeada en virtud de nuevos contratos de concesión esa cifra crecerá a 5 millones.

Sin embargo, un proyecto que ahora está en el horizonte aspira a satisfacer las necesidades del país por décadas a futuro. La expansión portuaria de US$2.000 millones conocida como Gran Escala incrementará la capacidad en otros 6 millones de contenedores al año, sostiene Sierra. Por sí sola transferirá más del doble de la carga que actualmente se mueve en Valparaíso y San Antonio juntos. Estos dos puertos están compitiendo por albergar el nuevo proyecto, afirma.

En tanto, el crecimiento de la demanda es implacable, indica Octavio Doerr, especialista portuario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de la Organización de Naciones Unidas.

“Se va 20 años al ritmo de 1-2-3”, señala. En otras palabras, desde 1997 por cada 1% de crecimiento del PIB, el comercio ha crecido 2% y el embarque de contenedores, 3%, explica. Durante los próximos 50 años, la demanda naviera en Chile se triplicará, estima.

Más Grande, Mejor


El cambio hacia embarcaciones más grandes es otra tendencia “imparable”, asevera Ricardo Sánchez, titular de la división de servicios de infraestructura de la Cepal. La costa oeste de Sudamérica gradualmente ha construido muelles para tales navíos. Las naves más grandes que pueden atracar en Chile hoy en día tienen capacidad para el equivalente a 9.600 unidades equivalentes a 20 pies (TEU, por su sigla en inglés).

Chile ha hecho un buen trabajo maximizando los puertos que tiene, indica Sánchez. Han ampliado las horas de operación, invertido en maquinaria y construido áreas de almacenamiento. Pero todo tiene un límite, dice. Y los puertos de Chile aún están muy rezagados respecto de los líderes mundiales en términos de capacidad y eficiencia.

Hoy, el país necesita nuevos muelles capaces de manejar los barcos más grandes y más anchos que pasarán por el ampliado Canal de Panamá cuando se inaugure en el 2015. Las mayores embarcaciones que cruzan el canal hoy son de 4.500 TEU, mientras que el nuevo canal acomodará a naves de 12.500 TEU, señala Sierra.

Hasta ahora no hay ninguna necesidad en Sudamérica por embarcaciones de contenedores más grandes como los Clase Triple E de 400 metros y 19.000 TEU, el primero de los cuales comenzó a entregar servicios este año. Sin embargo, tales embarcaciones podrían volverse más comunes con el tiempo, colocando nuevas exigencias a los puertos.

Inversiones a miles de kilómetros de distancia también afectan a la industria naviera, señala Rodolfo García, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile. Por ejemplo, Chile se convertiría en un centro de comercio más regional con la construcción de un propuesto túnel a través de Los Andes hacia Argentina. Pero es improbable que tal proyecto se construya pronto, afirma.

De manera más importante, Chile es el tercer mayor usuario del Canal de Panamá, lo que significa que será uno de los mayores beneficiados con la expansión del mismo. Algunos puertos de Estados Unidos están enfrentando los costos más altos que implica dragar canales más profundos para acomodar las embarcaciones más grandes que pasarán a través del nuevo canal, pero Chile no tiene ese problema, dice García.

“El calado no es un asunto importante aquí. Los puertos chilenos son generalmente más profundos”, explica. Más aún, es posible que el costo por contenedor de transporte a través del canal disminuya a medida que barcos de mayor tamaño puedan hacer el viaje, afirma Sierra.

Impulsar la Eficiencia


Hay oportunidades de inversión y mejoras de eficiencia en casi cada etapa del proceso de trasporte naviero, según actores de la industria.

América Latina es en gran medida un exportador de bienes de gran volumen como los concentrados de cobre e importador de productos terminados. La región recibió cerca de 8,5 millones de contenedores en el 2011 y exportó solo 7,4 millones, según cifras de la Cepal. El resto se reenvían vacíos; el costo de estos contenedores sin carga se comparte entre los clientes, lo que eleva -por tanto- los precios.

No obstante, Maersk Line -propietario de la flota de contenedores navieros más grande del mundo- ha estado incrementando la eficiencia en Latinoamérica a través de una técnica logística de “centro y radios” con sede en Panamá, comenta Todd Pigeon, gerente general de la empresa danesa para la costa oeste de Sudamérica.

La carga se descarga a velocidades que se han incrementado en los últimos años, pero sigue muy lejos de ser la más rápida de la región, sostiene. San Antonio puede lograr entre 50 y 60 movimientos de contenedores por hora, la medición estándar de la industria para la velocidad de carga.

“La meta en el futuro sería más de 100 movimientos por hora cuando una embarcación está en el puerto”, señala Pigeon.

El acceso en superficie a los puertos es otro desafío. San Antonio está hablando de la posibilidad de aumentar la infraestructura ferroviaria como parte de su propuesta Gran Escala, y una línea férrea que conecta a Arica con Bolivia espera inversión en Bolivia.

También podría ser posible repartir más el transporte marítimo de contenedores, en especial en el sur del país, indica Pigeon.

“Hoy en día vemos que Valparaíso y San Antonio dominan el movimiento de importaciones de carga en Chile. A medida que el sector minorista crece y se diversifica, vemos una oportunidad para que Chile diversifique su distribución hacia San Vicente y otros puertos regionales”.

Los movimientos de contenedores a través de San Vicente crecieron 32% desde el 2011 al 2012, la expansión más rápida registrada por cualquier puerto chileno, de acuerdo con cifras de la cámara portuaria.

Una disputa que está por venir tiene que ver con la Ley de Cabotaje de 1922 del país. Hoy en día, como ocurre en otros países entre los que se incluye Estados Unidos, solo embarcaciones con bandera chilena pueden trasladar carga entre dos puertos chilenos. Es probable que la propuesta que está en el Congreso para abrir el transporte marítimo nacional a embarcaciones con bandera extranjera genere controversia. Si la reforma se aprueba, Sierra sostiene que será imposible para las embarcaciones con bandera chilena competir con aquellas que izan “banderas de conveniencia” de países con menores impuestos y menores costos de mano de obra. Como resultado, las navieras chilenas se verán obligadas a contratar tripulaciones extranjeras a fin de poder competir, diezmando por tanto la cantidad de marinos chilenos, afirma.

Sin embargo, el mayor problema individual para los exportadores es el riesgo de huelgas, señala Roberto Fantuzzi, presidente de la Asociación de Exportadores de Manufacturas de Chile (Asexma).

Una huelga portuaria en abril, la que se inició cuando un sindicato de trabajadores en Antofagasta exigió más dinero y una hora completa de almuerzo, paralizó a la mayoría de los puertos de carga del país durante tres semanas. La huelga se prolongó hasta que la entonces ministra del Trabajo Evelyn Matthei medió en el conflicto. “Lo más importante en las exportaciones es el cumplimiento de ellas, en las fechas de entregas. Porque hubo una carta de crédito que pudo quedar fuera de poder cobrarla por el solo hecho de que el puerto está paralizado. O la fruta se echa a perder, o hay miles de problemas”.

Pero las huelgas no son el único problema. Otra área en que los analistas dicen que hay espacio para mejoras es en la regulación aduanera de Chile. García señala que un contenedor que llega a puerto es controlado por cerca de 11 agencias, incluidas Aduanas, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y policía. Si bien todas aspiran a la eficiencia, el flujo podría mejorar, asevera.

Es probable que los costos del transporte naviero en Chile sigan subiendo a medida que la demanda aumenta, pero con más inversiones en los puertos y mejores regulaciones los exportadores podrán llevar sus artículos al mercado más rápidamente. En los competitivos mercados globales de hoy, eso podría hacer toda la diferencia.

Steven Bodzin trabaja como periodista en Santiago

La Industria Forestal de Chile

Como la mayoría de los negocios latinoamericanos que se basan en la exportación de materias primas, la industria forestal de Chile disfrutó de un auge extraordinario durante la mayor parte de esta década. En apenas cinco años, el valor de sus exportaciones de madera y celulosa se duplicó con creces de los US$ 2.500 millones del 2003 a un récord de US$ 5.600 millones en el 2008.

Pero la crisis financiera mundial la ha afectado. Las exportaciones de madera se han reducido y, en agosto, los precios del mercado para la celulosa aún estaban cerca de un 25% por debajo del precio que registraban un año antes.

En consecuencia, los ingresos por exportación de productos forestales cayeron en un 28% en el primer semestre de este año, lo que se compara con los primeros seis meses del 2008. Esa fue la mayor caída interanual en más de una década y la Corporación Chilena de la Madera (CORMA), que representa a más de 200 empresas forestales, prevé que para todo el año, los ingresos por exportaciones bordeen los US$ 4.300millones, una caída de US$ 1.300 millones respecto del 2008.

En términos de volúmen, las ventas de celulosa se han mantenido bastante estables, en gran medida porque los costos de producción en Chile son menores que en otras partes. No obstante, la fuerte caída de los precios ha significado que, aún cuando Chile está exportando casi la misma cantidad de celulosa, está ganando mucho menos por ella.

Respecto al lado maderero del negocio, el panorama es aún más sombrío. Las ventas de tableros de densidad media (o MDF, por su sigla en inglés), madera aserrada y paneles, todas han caído, lo que ha obligado a que muchos aserraderos cierren o reduzcan la producción, y hasta que la construcción de viviendas no repunte es muy probable que se mantengan bajas.

“En celulosa de madera, hemos visto una fuerte caída en los precios, pero no en los volúmenes, no así en el caso de la madera donde hemos visto una fuerte caída en ambos”, señala José Rafael Campino, presidente de CORMA. “La única señal positiva es que la caída parece haberse detenido, pero aún estamos muy lejos de poder hablar de una recuperación.”

Pero, pese a las dificultades del año pasado, la industria está llena de potencial. Las grandes empresas forestales de Chile se están expandiendo a nivel regional, estableciéndose en países que son relativamente nuevos para las empresas como Uruguay.

Y a medida que el calentamiento global escala posiciones en la agenda política, están evolucionando para cumplir con los llamados a emplear fuentes de energía más limpia. Muchas de ellas ya utilizan productos de desecho de sus operaciones para la electricidad de sus propias instalaciones y podría no pasar mucho tiempo antes de que también comiencen a plantar árboles específicamente como combustible.

Árboles, Árboles, Árboles


Conduzca por la zona centro sur de Chile y se hará alguna idea de la importancia de la actividad forestal para la economía del país. Una cubierta de copas de árboles se extiende hasta donde la vista ya no alcanza y los camiones cargados con troncos llenan los caminos desde las plantaciones hasta las plantas de celulosa.

En total, Chile cuenta con 16,2 millones de hectáreas de bosques, más del 21% de la superficie del país, según el gubernamental Instituto Forestal (INFOR). La Región del Bío Bío es el centro de la industria, zona en que los árboles cubren más del 40% de su superficie total, seguida por las vecinas regiones de La Araucanía y El Maule, con una cobertura cercana al 20% en cada caso.

Del total, la vasta mayoría -casi 14 millones de hectáreas- corresponde a bosque nativo, rico en coihue, lenga, ñirre y otras especies. Sólo 2,3 millones de hectáreas están plantadas con pino y eucalipto, las dos principales especies no nativas plantadas en Chile.

Sin embargo, son estas plantaciones las que proveen gran parte de los ingresos de la industria. A escala mundial, las plantaciones corresponden apenas a cerca del 5% de los bosques del mundo, pero entregan casi un tercio de sus productos de madera.

Las dos principales empresas forestales de Chile -Arauco, que forma parte del grupo industrial Angelini, y Empresas CMPC del grupo Matte- están entre las más grandes del mundo. La celulosa de madera ha demostrado ser particularmente rentable y hoy en día Chile corresponde a cerca del 6% de la producción global y, aunque su participación en el mercado maderero es más pequeña, también es significativa.

Geográficamente, China es ahora el mayor mercado para las exportaciones chilenas y correspondió al 14,4% del total el año pasado. El mercado de Estados Unidos, fuertemente afectado por la brusca caída del sector de la construcción, correspondió a un 13,3%, mientras que Japón, México y Corea del Sur también fueron compradores importantes.

A medida que la industria se ha ido expandiendo, las principales empresas han comenzado a mirar fuera de Chile en busca de crecimiento futuro. Eso no se debe a que haya una escasez de tierras en Chile. De hecho, CORMA estima que hay espacio para expandir los actuales 2,3 millones de hectáreas de plantaciones de pino y eucalipto a unos 5 millones de hectáreas.

Sin embargo, parte de esa tierra adicional es de baja calidad. Además, los precios de las tierras han subido en Chile, lo que ha impulsado a las empresas forestales a escudriñar en el resto de América Latina en busca de alternativas más baratas.

El denominado “conflicto mapuche” es otra razón por la que las empresas forestales de Chile se están volcando al suelo extranjero. Los activistas mapuches, aduciendo a derechos ancestrales sobre las tierras ahora ocupadas por las plantaciones, han atacado las instalaciones forestales, quemado camiones y robado madera tanto en la Región del Bío Bío como en La Araucanía.

Pero quizás la principal razón por la que las empresas forestales se están expandiendo al extranjero es la economía de escala. “Esta es una industria en la que el tamaño es muy importante”, destaca Gonzalo García, secretario general de Empresas CMPC.

Expansión Regional


Para comienzos de este año, Arauco tenía 125.000 hectáreas de bosque en Argentina, 65.000 en Brasil y 27.000 en Uruguay, y estos tres países correspondían al 28% de sus plantaciones totales. Desde entonces la empresa anunció una alianza con la empresa forestal escandinava Stora Enso para combinar sus activos en Uruguay y, además, la compra de las plantaciones uruguayas de la española Ence.

“Habíamos logrado alcanzar una masa forestal de unas 27.000 hectáreas en Uruguay, pero para que una planta de celulosa sea eficiente en términos de costos se necesitan al menos 100.000 o 150.000 hectáreas”, señala Charles Kimber, gerente de asuntos corporativos y comerciales de Arauco.

“Habría sido difícil crecer orgánicamente de manera que teníamos tres alternativas: vender, comprar o unir fuerzas con alguien”. A través de su empresa conjunta, Arauco y Stora Enso ahora poseen más de 250.000 hectáreas de bosque uruguayo para talar, lo que hizo que la planta propuesta fuera viable.

La creciente estabilidad política y económica de América Latina también ha estado tras la decisión de emprender en otras partes del continente. “El marco de tiempo para un retorno sobre la inversión en una planta de celulosa de madera es muy largo en comparación con otras industrias”, destaca García de CMPC. “De modo que cosas como un buen clima de negocios, estabilidad económica y respeto por las condiciones de los contratos son factores clave en cualquier decisión de inversión”.

Kimber de Arauco afirma que, en muchas partes de América Latina, hay “una efervescencia en la comunidad de negocios” sobre el desarrollo de una industria forestal. “En Uruguay, por ejemplo, mucha gente ha estado plantando”, comenta, “y hay un ánimo similar al que había en Chile a mediados de la década de los 80”.

Brasil, además de tener una sólida tradición forestal, tiene un gran mercado local que lo vuelve particularmente atractivo. En abril, Empresas CMPC anunció que había logrado un acuerdo para adquirir Melhoramentos Papéis, uno de los mayores productores de papel tisú del país, y en agosto, Arauco le siguió con la compra de Tafisa Brasil, un fabricante de madera aglomerada.

Mejores Árboles


Pero la expansión de la industria forestal no tiene que ver sólo con plantar más árboles; también tiene que ver con plantar mejores árboles. Las empresas forestales están inyectando millones de dólares en investigación y desarrollo (I+D) en una apuesta por mejorar la productividad de sus plantaciones.

Campino de CORMA califica a la I+D del sector forestal chileno como de “clase mundial” y entrega dos ejemplos de cómo ésta ha ayudado a la industria.

El primero es el desarrollo de una nueva cepa de eucalyptus globulus, una de las especies de eucalipto plantadas más comúnmente en el mundo. Esta se adecua mejor a climas mediterráneos, pero la nueva cepa se adapta mejor a los climas más fríos del sur de Chile.

El segundo ejemplo que entrega el presidente de CORMA es el desarrollo de pino que crece más derecho que los árboles tradicionales. Esto permite a los silvicultores aprovechar más la madera y reducir los desechos.

En CMPC, García destaca la investigación sobre las ventajas de plantar eucalyptus nitens en Chile. Esta especie también es resistente al frío y se desarrolla bien en los faldeos de la cordillera de los Andes.

Su otra ventaja es que produce celulosa de alta calidad que puede emplearse para papel de escribir o para papel tisú. “Es más resistente que otras celulosas de fibra corta y no necesita mucha refinación para sacar lo mejor de ella, lo que significa que permite que nuestros clientes productores de papel ahorren en costos de energía”, informa García.

No son sólo los chilenos quienes están participando en investigación de este tipo. La Agencia para la Cooperación Internacional de Japón, por ejemplo, está involucrada actualmente en un proyecto para plantar cerca de 500 hectáreas de pinus ponderosa en la Región de Aysén, en el extremo sur de Chile.

Gran parte de esa tierra fue devastada por incendios y la idea del proyecto es regenerar el suelo y permitir a los silvicultores ganar dinero no sólo a partir de la venta de madera, sino también de la venta de bonos de carbono.

Energía Maderera


Sin embargo, gran parte de la I+D del sector está dirigida al uso de la madera como una fuente alternativa de energía. Se estima que cerca del 60% de la madera talada en el mundo ya se usa para producir energía ya sea mediante su quema directa o como carbón vegetal, pélets o residuos de licor negro de las plantas de celulosa.

La biomasa generada a partir de chips de madera y subproductos de la celulosa, por ejemplo, puede usarse para producir electricidad y esto es lo que Arauco ya está haciendo en siete centrales eléctricas de Chile. La firma emplea la mayor parte de la electricidad en sus propias instalaciones, pero vende un superávit cercano al 30% -suficiente para entregar electricidad a una ciudad de medio millón de personas- al sistema interconectado.

También hay otras opciones para la producción de energía. Una es mezclar biomasa con carbón en centrales termoeléctricas o fabricar pélets que pueden quemarse para calefacción residencial. Otra opción, es usar lignocelulosa, materia prima derivada de la biomasa, para fabricar etanol.

Uno de los consorcios que está trabajando en esta área es Bioenercel, una iniciativa de carácter público privada que reúne a Arauco y CMPC con Masisa -otra empresa forestal- y al instituto de transferencia tecnológica Fundación Chile además de la Universidad de Concepción y la Universidad Católica de Valparaíso. Con un presupuesto de US$ 10 millones y un cronograma de cinco años, Bioenercel pretende construir una planta piloto el próximo año donde experimentará con varios métodos para usar árboles, en lugar de caña de azúcar o maíz, para producir etanol.

El etanol de celulosa es una alternativa a los combustibles fósiles que no involucraría el uso de tierras en las que de otra forma se podrían producir alimentos, destaca Jaime Baeza, coordinador de Bioenercel. Sin embargo, reconoce que aún hay problemas tales como el alto costo de producir enzimas que puedan descomponer la lignocelulosa en azúcares que fermenten para producir etanol.

No obstante, eso podría cambiar a medida que la tecnología mejore y no resulta inconcebible que algún día las empresas forestales de Chile plantarán árboles específicamente para su uso como combustible. Sin embargo, Kimber de Arauco advierte que ese día aún está un poco lejos, al menos para su empresa.

“No estamos en posición de decir que la energía superará a otras áreas y se convertirá en un negocio”, sostiene. “Sin embargo, la energía es ciertamente más que sólo un subproducto; la hemos definido como una operación estratégica y vamos a estar realizando inversiones en ella a futuro”.

Mientras comienza a ver la luz al final de la recesión internacional, la industria forestal de Chile también cuenta con muchas otras oportunidades de inversión y parece que también con la energía para desarrollarlas.

Gideon Long se desempeña como periodista freelance en Santiago y además trabaja para la BBC.